Polonia fue el primer país de la Segunda Guerra Mundial en cometer un Crimen contra la Humanidad según se definió posteriormente en el Derecho Internacional. Básicamente se trató de una limpieza étnica de miles de ciudadanos alemanes que tuvo el 3 de Septiembre de 1939, solamente tres días después de haber comenzado el conflicto tras la invasión del Tercer Reich, en un episodio que sería conocido como el Pogromo de Bromberg.
Preludio (1-2 de Septiembre de 1939)
Al producirse la invasión de Alemania a Polonia el 1 de Septiembre de 1939, el Presidente del Gobierno Polaco, Ignacy Móscicki, emitió una orden a todos los gobernadores regionales y alcaldes de ayuntamientos para que de inmediato se tomasen medidas represivas contra las minorías de origen alemán. Así fue como la Gendarmería Polaca detuvo a millares de civiles germanos, a los que se encerró en comisarías y se sometió a juicios de carácter militar. Según estas prácticas, se procedió a la ejecución de un centenar de alemanes acusados falsamente de «espías» y la deportación de miles de ciudadanos al campo de concentración de Bereza-Kartuska.
Junto a las detenciones de alemanes por parte de la Gendarmería Polaca, otros millares de germanos e incluso ucranianos, padecieron vejaciones a manos de la población local y los grupos paramilitares descontrolados porque en muchos casos sufrieron apaleamientos, lapidaciones o asesinatos dentro de sus mismas casas, a veces con torturas como el vaciamiento de cuencas de ojos, aplastamiento de cabezas con golpes de martillo, cortes con hachas, destripamiento de vientres, amputamiento de miembros, castramiento de genitales, etcétera. De hecho, este tipo de brutalidades se repitieron con frecuencia en ciudades como Slonsk, Jesuittersee y Kleinbartelsee.
Pogromo de Bromberg (3 de Septiembre de 1939)
Sólo tres días después del inicio de la Segunda Guerra Mundial en Europa, el domingo 3 de Septiembre de 1939, un grupo de soldados del Ejército Polaco y civiles armados con escopetas, armas blancas y palos, irrumpieron en Bromberg, una ciudad habitada por alemanes a orillas del Río Brahe. A pesar de que los ciudadanos germanos esperaban ansiosos la liberación, el IV Ejército Alemán del general Günter Von Kluge, decidió no dirigirse a esta urbe y concentrarse en conquistar otras regiones vecinas de Pomerania (sin saber que este cambio de planes condenaría a la muerte a miles de sus compatriotas).
La mañana del 3 de Septiembre, una turba de soldados polacos y civiles armados entraron en Bromberg para agredir a todo aquel ciudadano alemán que se cruzaron en la calle o que sacaron a la fuerza de sus casas, especialmente en el Barrio de Jägerhoh. Al grito de «¡abajo los cerdos alemanes!», decenas personas fueron humilladas en público y apalizadas a puñetazos y patadas, para a continuación ser golpeadas con las culatas de fusil, martillos y barras de hierro, antes de ser rajadas con bayonetas, cuchillos, hachas y sierras. Mucho peor lo pasaron las mujeres que fueron violadas varias veces y en muchos casos sus pechos seccionados. Incluso a una pobre chica que estaba dando a luz le sacaron del viente a su hijo en pleno dolor del parto para asesinarla acto seguido tanto a ella como el bebé. Respecto a los varones, a muchos se les cortó el pene y se les mutilaron dedos y pies; al mismo tiempo en que se castró a los ancianos y se empaló a niños de cinco a seis años. La saña aplicada por los polacos llegó a tal extremo, que llegaron a celebrarse concursos de disparo de flechas hacia víctimas escogidas al azar como diana. De hecho, uno de los episodios más violentos de la jornada, fue la muerte por despedazamiento de todos los integrantes de la familia Kutzer entre los que se encontraban el padre (que era pastor luterano), la madre y sus cuatro hijos de entre tres y catorce años de edad.
Al final del 3 de Septiembre, los polacos abandonaron Bromberg a sabiendas de la proximidad del IV Ejército Alemán. La medianoche del 3 al 4, los soldados germanos de la 50ª División de Infantería liberaron la ciudad, para quedar horrorizados al ver tanta muerte y destrucción, especialmente una enorme fosa común en la Plaza Bülow. Según el recuento efectuado por el Tercer Reich, las víctimas mortales ascendieron a 3.000 en la urbe y 6.500 en las aldeas de alrededor (aunque la propaganda nacionalsocialista la exageró a 10.000 para justificar su invasión de Polonia), en lo que claramente fue el primer acto genocida de la Segunda Guerra Mundial.
Otros Crímenes (4 – 30 de Septiembre de 1939)
Al día siguiente del Pogromo de Bromberg, el 4 de Septiembre de 1939, un total de 39 civiles alemanes entre los que se registraron varias mujeres y niños fueron fusilados por el Ejército Polaco en la Carretera de Hosensalza (sólo dos víctimas escaparon, concretamente Gustav Gruhl y Leo Reinhardt que pudieron relatar lo sucedido a la prensa). De la misma forma, matanzas similares se repitieron en otras poblaciones como los 104 ciudadanos germanos asesinados en Tarnova, 80 en Jesuittersee, 76 en Jagerhoff, 58 en Torn, 53 en Kleinbartelsee y 36 en Eichtorff.
Algunos de los crímenes más brutales tuvieron lugar en Jesuittersse (donde previamente ya se habían matado 80 personas) porque durante un segundo raid efectuado por los soldados polacos a esta localidad, masacraron a 41 alemanes entre los que había 39 hombres y 2 mujeres. De hecho y al igual que había sucedido en el Pogromo de Bromberg hubo un violento ensañamiento porque se ahogaron vivos a doce de los prisioneros en el río, y encima, entre las víctimas se contabilizaron un cadáver con 38 punzadas de bayoneta, otro con 15 golpes y otro colocado de rodillas con un orificio de disparo en el ano.
El campo de concentración de Bereza-Kartuska situado a las afueras de Varsovia fue otro de los horrores vividos por las minorías alemanas en Polonia durante el mes de Septiembre de 1939. Habitado aproximadamente por 20.000 reclusos que tuvieron que soportar palizas y dietas consistentes en un poco de pan y agua al día, muchos perecieron por las malas condiciones higiénicas y alimenticias. Precisamente, cuando la Fuerza Aérea Alemana (Luftwaffe) bombardeó el Santuario Nacional de la Virgen de Czestochowa, los guardias polacos que eran católicos, se vengaron arrancando los dientes a varios sacerdotes germanos de fe protestante. No obstante y para fortuna de los prisioneros, el infierno sólo duró tres semanas porque en seguida el Ejército Alemán (Wehrmacht) ocupó Varsovia y liberó el campo de Bereza-Kartuska.
Conclusión
El Pogromo de Bromberg y las matanzas llevadas a cabo por el Ejército Polaco en Septiembre de 1939, dejaron un total de 52.000 víctimas entre la minoría alemana, de las cuales 12.857 fueron muertos y 45.000 declaradas desaparecidas (incluyendo 4.000 restos sin identificar por la Cruz Roja Internacional). Junto a los alemanes, hubo también linchamientos y miles de asesinatos de otras minorías como rusos, ucranianos y bielorrusos después de que la Unión Soviética se sumara a la invasión de Polonia.
Lo sucedido en el Pogromo de Bromberg fue denunciado en Estados Unidos por la Agencia Associated Press y la noticia de las matanzas difundida a toda la prensa extranjera. Respecto a algunos responsables de la masacre, el 14 de Octubre de 1939 fueron juzgados en Alemania un total de doce acusados, aunque por falta de pruebas se hubo de liberar a nueve sin cargos, siendo declarados culpables, condenados a muerte y ejecutados solamente tres de ellos: Teofil Prus, Adalbert Zielenkiewicz y Leo Papirski.
El Pogromo de Bromberg y sus consecuencias posteriores fueron lo peor de la matanza porque como el Tercer Reich acabó ocupando Polonia, la venganza contra este país sería brutal debido a que entre 1939 y 1945 morirían 5 millones de polacos (la mitad a manos de los alemanes y la otra mitad a manos de los soviéticos). Sorprendentemente, una finalizado el conflicto e incluso la Guerra Fría, a pesar de que Alemania y la URSS quedaron en la mente colectiva como los «grandes genocidas» de la contienda, lo cierto fue que con Bromberg el Estado Polaco, un país que precisamente estaba en el bando de los Aliados, se convirtió en el primero en inaugurar las prácticas de limpieza étnica en la Segunda Guerra Mundial.
Bibliografía:
-Jesús Hernández, Las 50 grandes masacre de la Historia. «Bromberg, 1939 La primera matanza de la Segunda Guerra Mundial», Tempus (2011), p.191-196
-Joaquín Bochaca, Los Crímenes de los buenos. «El calvario de los civiles alemanes en Polonia», Ediciones Ediciones Siegheil (2009), p.264-269
-http://www.exordio.com/1939-1945/civilis/vdomestica/bromberg.html
-http://en.wikipedia.org/wiki/Bloody_Sunday_(1939)