España en el Eje y la «Operación Félix»

La «Operación Félix» constituyó la supuesta adhesión de España a las potencias del Eje en la Segunda Guerra Mundial. Según la idea inicial de este plan elaborado por el Gobierno de Berlín consistía en que justo después de que General Francisco Franco declarase hostilidades al Imperio Británico, tanto el Ejército Español como algunas fuerzas militares germanas atacaran e invadieran la colonia inglesa del Peñón de Gibraltar con la finalidad de bloquear a los Aliados el tráfico hacia el Mar Mediterráneo, algo que teóricamente implicaría que el Reino Unido se sentase a negociar con Alemania para alcanzar una paz definitiva en Europa.

Cuando comenzó la Batalla de Inglaterra en el verano de 1940 y todo el mundo daba por sentada la victoria de la Alemania Nacionalsocialista y la Italia Fascista en la Segunda Guerra Mundial después de haber doblegado a Polonia, Noruega, Dinamarca, Holanda, Bélgica, Luxemburgo y Francia, en seguida Adolf Hitler intentó atraerse a España como compensación por la ayuda recibida en la Guerra Civil Española de 1936 a 1939 en forma de asesores, tanques y sobretodo los aviones de Legión Cóndor. La idea era que con la Península Ibérica dentro del bloque Berlín-Roma se cortaría el acceso del Imperio Británico al Mar Mediterráneo a través del Estrecho de Gibraltar, lo que obligaría a los ingleses a escoger la ruta mucho más larga de la Ciudad del Cabo en Sudáfrica, además de facilitar la conquista a los italianos de Egipto, amenazar los yacimientos petrolíferos de Oriente Medio e incluso atraer a la coalición a Turquía.

El 23 de Octubre de 1940 Adolf Hitler y Francisco Franco se reunieron en Hendaya, muy cerca de la frontera franco-española de los Pirineos, donde ninguno de ambos alcanzó un acuerdo relevante porque el mandatario español se limitó a reclamar territorios a costa de la Francia de Vichy, por aquel entonces un «estado satélite» de Berlín. A diferencia del Caudillo, el Führer e incluso el Ministro de Asuntos Exteriores Ramón Serrano Súñer salieron bastante satisfechos, ya que los dos pocos después mantuvieron una segunda entrevista en la ciudad de Berchtesgaden en Austria, donde el diplomático hispano dejó caer la posibilidad de una adhesión al Eje siempre que el Tercer Reich enviase equipos, suministros y algunos contingentes de tropas alemanas para responder a un eventual desembarco en la Península Ibérica de fuerzas militares del Reino Unido. Así fue como se trasladó a la Línea de la Concepción, la ciudad que hacía de límite entre el territorio español y el Peñón de Gibraltar, a una serie de agentes germanos que sacaron fotografías y tomaron notas del entorno, llegando a la conclusión de que el enclave podría tomarse con unos pocos regimientos, por lo que una vez revelado el dato decidió elaborarse sobre el papel la “Operación Félix”.

A finales de 1940 comenzaron los preparativos de la «Operación Félix» en la provincia de Besançon en Francia, cuya orografía de montañas junto al Río Jura eran ideales para entrenar por ser bastante similar a la del Peñón de Gibraltar (de ese modo los soldados se hicieron una idea geográfica y un mapa mental de donde iban a pelear). De tal acción se encargaría la 1ª División de Montaña al mando del general Ludwig Kübler, un veterano de la Primera Guerra Mundial, así como elementos del Regimiento Motorizado «Gross Deutschland», el 98º Regimiento de Cazadores de Montaña y 150 comandos de las fuerzas especiales del Destacamento «Brandenburgo». A todo este personal hubo que añadir un material comprendido en 200 cañones de diversos calibres, un mortero ferroviario Thor de 600 milímetros con proyectiles de 2.200 kilogramos, 100 lanchas torpederas de la Marina de Guerra Alemana (Kriegsmarine) y varios escuadrones de la Fuerza Aérea Alemana (Luftwaffe) entre los que había 300 aviones contando 100 cazas Messerschmitt Bf 109 y 200 bombarderos en picado Stuka.

Mientras tanto en el Peñón de Gibraltar el Gobierno de Londres procedió a la evacuación de los civiles hacia Gran Bretaña o a las Islas Madeira y la retirada de la mayor parte de los aviones de la Fuerza Aérea Real Británica (Royal Air Force o RAF). La guarnición simplemente se redujo a los soldados del 2º Batallón de Infantería Real, el 2º Batallón de Infantería Ligera «Somerset», el 4º Batallón de Infantería «Devonshire», el 4º Batallón de Infantería Escocés y el 3º Regimiento Real de Artillería Pesada, aunque bajo la montaña un destacamento de mineros traídos de las Montañas Rocosas del Canadá habían excavado más de 100 kilómetros de túneles (el más grande con una sala de 330 a 500 metros), en cuyas aperturas se emplazaron baterías de costa de entre 234 y 155 milímetros, así como también piezas antiaéreas de 94, 76 y 40 milímetros. Como ni por mar ni por aire era posible aproximarse a la plaza, los invasores tendrían que superar la franja de tierra de 1.450 metros situada en la zona española de la «Línea de la Concepción», la cual se hallaba precedida por peligrosos campos de minas, ametralladoras, morteros y cañones ligeros.

Simultáneamente a la ocupación de Gibraltar el VI Ejército Alemán con base en Francia cruzaría la frontera con los Pirineos para evitar una respuesta de los Aliados sobre la Península Ibérica e incluso sobre el vecino Portugal. Así fue como se trasladaría al XXXIX Cuerpo Motorizado al mando del general Walther Von Reichenau con la 3ª Divisón SS Panzer «Totenkopf» que se concentraría en Sevilla, la 16ª División Panzer en Cáceres y la 16ª División de Infantería Motorizada en Valladolid, además de aterrizar un escuadrón de la Fuerza Aérea Alemana en el Aeródromo de Tablada sobre Andalucía e incluso uno de la Fuerza Aérea Italiana en las Islas Baleares. Aproximadamente el despliegue sobre España debía completarse como máximo en 28 días, pues a continuación un grupo de aviones alemanes y submarinos de la Marina Española reforzarían los dominios marítimos y coloniales del Océano Atlántico y África como las Islas Canarias, el Rif sobre Marruecos, Río de Oro y Guinea Ecuatorial antes de un plazo de 38 días.

Mapa de la «Operación Félix» para el despliegue del Eje en España.

Oficialmente la fecha escogida para la «Operación Félix» fue el 10 de Enero de 1941, aunque tras la derrota de la Italia Fascista en Egipto y las graves pérdidas del Ejército Italiano encajadas durante la «Operación Compass», obligaron a Alemania a desviar sus recursos para evitar que se derrumbase el flanco oriental del Eje en el Mar Mediterráneo. Así fue como se congeló la «Operación Félix» y posteriormente se canceló definitivamente cuando el Tercer Reich invadió la Unión Soviética con la «Operación Barbarroja», en esta última participando la propia España con el envío de la División Azul.

La puesta en marcha de la «Operación Félix» hubiera sin duda modificado el rumbo de la Historia. Independientemente del resultado final de la contienda, lo cierto sería que en un momento de grave crisis para el Imperio Británico, éste último habría perdido el Peñón de Gibraltar y por tanto todo el dominio del Mar Mediterráneo e incluso muy probablemente de Egipto y el Canal de Suez. Ante estos hechos las posibilidades más reales habrían sido las siguientes: en primer lugar el Gobierno de Londres hubiera negociado la paz con las potencias del Eje; o en segundo lugar Inglaterra hubiese resistido a ultranza en sus dominios coloniales a la espera de un giro de los acontecimientos incierto para la Segunda Guerra Mundial.

 

Bibliografía:

-Fernando Martínez Canales, Gibraltar español…Portugal también, Revista Serga Nº65 (2010), p.51-64
-David Solar, La Caída de los Dioses, «Capítulo 1 La oportunidad perdida: Operación Félix», Espasa (2005), p. 41-50