Muchos fueron los proyectos de ingeniería extravagantes y megalómanos que los Aliados y el Eje plasmaron sobre el papel durante la Segunda Guerra Mundial. Entre los más ambiciosos y al mismo tiempo más rebuscados estuvo el intento de construcción de un gigantesco portaaviones de hielo bautizado como HMS Habbakuk, el cual debía convertirse en el principal buque de combate ofensivo de la Marina Real Británica (Royal Navy).
El «Proyecto Habakkuk» que preveía la construcción para Gran Bretaña de un portaaviones de hielo fue planteada en Diciembre de 1942 por el ingeniero Geoffrey Pyke como respuesta a las enormes pérdidas navales sufridas por los Aliados a manos de Alemania y Japón tanto en la Batalla del Atlántico como en el Frente del Pacífico. La razón esgrimida por este experto fue que era imposible hundir un iceberg, algo que convenció al Primer Ministro Winston Churchill y el almirante Lord Louis Mounbatten, este último convirtiéndose en uno de los máximos defensores de esta iniciativa cuando durante la Conferencia de Quebec en Canadá fue testigo de como una bala rebotó en un bloque helado y por poco casi acabó con la vida del almirante estadounidense Ernest King.
Bautizado el buque como HMS Habbakuk el material de construcción sería un elemento conocido como «Pykrete» consistente en una mezcla de hielo y pulpa de madera que era posible moldear mediante cortes y martilleos, además de resultar bastante fácil de reparar añadiendo agua a las fisuras producidas por el desgaste o la acción enemiga. Así se daría vida a un portaaviones a partir de un iceberg que tendría 600 metros de largo, 90 metros de largo y 60 metros de altura, así como una capacidad para 300 aviones (150 cazas y 150 bombarderos medios y pesados), cuatro hangares internos (dos a babor y dos a estribor) y una planta motriz de 26 motores eléctricos en planta generadora que desplazarían la nave a 10 nudos de velocidad con sus más de 2 millones de toneladas de peso.
Oficialmente en el año 1943 se programaron hasta un total de tres versiones para el portaaviones de hielo HMS Habbakuk de la siguiente manera: la primera en madera, la segunda en una mezcla de acero y «Pykrete», y la tercera de tamaño más reducido en un material similar a su antecesora. Según el ingeniero Geoffrey Pyke y su equipo de expertos calcularon que serían necesarios unos 8.000 trabajadores para el proyecto, aunque sólo se contrataron a 80 obreros para la construcción de un modelo a escala menor de 18 metros de largo por 9 metros de ancho que flotó sobre las aguas del Lago Patricia en Canadá.
Todo parecía apuntar a que la Marina Real Británica obtendría el primer portaaviones de hielo de la Historia, hasta que repentinamente a finales de 1943 el proyecto fue cancelado por órdenes del Almirantazgo Británico desde Londres. Los motivos para descartar la idea fue que la contienda había cambiado en favor de los Aliados, que los aviones de bombardero en tierra disponían de más radio de acción para operar en teatros lejanos y que los pequeños portaaviones de escolta suplían perfectamente las necesidades de la aviación naval, algo que sin duda permitiría igualmente a Gran Bretaña estar entre los vencedores de la Segunda Guerra Mundial sin necesidad de recurrir a un invento tan extravagante como el HMS Habbakuk.
Bibliografía:
-Carlo Caranci, Un Portaaviones de Hielo. La Base Aérea Flotante más grande de la Historia, Revista Serga Nº97 (2015), p.29-30
-https://en.wikipedia.org/wiki/Project_Habakkuk